En esta pintura, un guía espiritual maya se comunica con los nawales, o espíritus protectores, en el altar del perro o lobo.
Nawal, también escrito nahual, es la palabra maya para un espíritu guardián. Los mayas creen que cada persona nace con su propio nahual, generalmente un animal o pájaro que está determinado por el cumpleaños astrológico de la persona. La misma energía y espíritu se encuentran por todo el mundo, en cualquier cosa. Así, una montaña tiene su fuerza o espíritu guardián, el viento tiene un espíritu y las plantas vivas tienen un espíritu. Aunque esta idea es extraña al cristianismo, es consistente con la física moderna donde al nivel subatómico todo es energía. La energía presente en toda cosa, incluso objetos inanimados como piedras, comprende su espíritu o nahual.