En esta pintura los tres hombres que llevan los tzutes (pañuelos sobre la cabeza) son Ajk’ijab (guías espirituales mayas). Pedro Rafaél explica que los Ajk’ijab ayudan a limpiar a los participantes de sus problemas pasados, y los pone de acuerdo con la naturaleza para que sus actividades futuras tengan éxito. El artista incluye varias ofrendas tradicionales para los rituales mayas: velas de colores, incienso, alcohol, y el fuego que consagra el lugar. Los participantes llevan el traje (vestimenta tradicional) de San Pedro la Laguna, un pueblo por la base del Volcán San Pedro, el volcán central en la pintura.
Los mayas creen que los sitios rituales tienen energía, resulto no solo de su ubicación, pero también de la acumulación de rituales realizados allí. Parece muchas veces que los sitios han sido elegidos porque son las características geográficas más espectaculares del área: por ejemplo, la cima de una montaña, una cueva, o una cascada. El sitio en esta pintura es el Nariz del Indio, veinte minutos de pie afuera de Santa Clara la Laguna. Fue llamado así por los mayas porque desde el lago, la montaña parece al perfil de una persona maya reclinada, la cumbre siendo la punta de su nariz.
Recientemente, los eruditos mayas descubrieron que existen cerca de cada pueblo maya entre cinco y treinta sitios rituales antiguos. Algunos sitios todavía están en uso, mientras que otros son olvidados. Aunque no aparecen en esta pintura, hay dos sitios rituales más al otro lado del lago, que los participantes pueden ver: un sitio en el Cerro del Oro y el otro cerca de Sololá. Se cree que de vez en cuando los antiguos mayas usaron estos sitios para comunicarse a través del lago, probablemente usando señales de humo.