« Resumen de la exposición
Mario González Chavajay
Tz’utujil maya, San Pedro la Laguna, n. 1967
Maximon, Ritos Ancestrales
Óleo sobre lienzo, 2009, 30" × 31"
Colección Arte Maya

Los mayas veneran a Maximón (Ma’ Ximoon) como el Gran Señor o el Gran Abuelo. Mantiene vivos los antiguos mitos y tradiciones mayas al proporcionar adaptaciones a la religión cristiana que fue impuesta por la fuerza por los europeos. Maximón es el Señor de la fecundidad que debe fertilizar al mundo durante el equinoccio de primavera, un papel también simbolizado por la muerte y resurrección de Jesucristo. Durante la Semana Santa, Maximón se convierte en Judas, cuya traición fue necesaria, ya que permitió a Cristo revelar su verdadera naturaleza.

El Pueblo Maya Tz’utujil que se encuentra en la cuenca del lago de Atitlán y área de la costa sur, donde actualmente habitan. Las costumbres de sus ancestros siguen vivas. Una de ellas es la veneración al abuelo Ma’ Ximoon y conocido también como Ri’jlaj Maam. (Ri’jlaj:  anciano, abuelo; Maam: Anciano, Abuelo.) Pero también el mismo término se utiliza para nieto, esto dependiendo el contexto. Entonces Ri’jlaj Maam es el Gran Señor o el Gran Abuelo.

El Ma’ Ximoon de Santiago Atitlán, sin embargo, es único y se distingue de los demás. Entre los pueblos mayas alrededor del lago Atitlán, Santiago Atitlán es uno de los más tradicionales, y sus habitantes mayas siguen sus costumbres ancestrales.

La Cofradía (sociedad religiosa) de Santa Cruz es la encargada de atender a Ma’ Ximoon. La persona principal que realiza las oraciones y los rituales que asisten a Ma’ Ximoon es el Ajq’iij y con la categoría de teleneel (cargador,) y durante la Semana Santa su deber es llevar cargado en sus hombros a Ma’ Ximoon, y en ciertos días especiales atienden y le adornan su silla y su mesa.

Como se muestra en el cuadro de Mario González Chavajay, la figura de Ma’ Ximoon viste el traje (ropa tradicional) de Santiago Atitlán, con pañuelos de varios colores alrededor de su cuello. Lleva un sombrero de vaquero y su máscara suele tener un cigarro en la boca. Poca gente ve a su cuerpo, pero está hecho de la madera del árbol Tz’ijte’ o tz’ajtel o palo de pito, árbol que se menciona en el Popol Wuj.

El Ri’jlaj Maam, es el señor y gran abuelo.  Es él que conforma la dualidad de las cuatro esquinas del universo. Rajawal ruuk’u’x ruwach’uleew is the dueño del corazón de la naturaleza. Está asociado con el equinoccio de primavera y las dos mitades del año. El Ri’jlaj Maam es una autoridad compleja, difícil de entender para extranjeros.

Martin Prechtel, un indígena de la tribu Pueblo de los Estados Unidos entrenado como Ajq’iij (contador del tiempo) en Santiago Atitlán, explica que para preservar las costumbres ancestrales después de la llegada de los europeos, los líderes de Santiago Atitlán crearon sus propias deidades. Continúa: “La divinidad más importante fue el Ri’jlaj Maam. Tiene muchos nombres y funciones, pero las antiguas palabras, oraciones, mitos y tradiciones se han conservado bajo su custodia. Es una deidad diplomática, que mantiene las antiguas formas precolombinas semi-compatibles con la mentalidad europea, que ha aplastado a mucho de la América indígena. Él es el Señor de las antiguas tradiciones de los Dioses que ya no se pueden ver, pero se recuerdan completamente en forma y oración. Por lo tanto, Atitlán se llama Ruuk’u’x Ruwach’uleew, que significa el corazón del mundo.»

 

 

Durante los cinco días de Semana Santa, Ma’ Ximoon tiene una importancia central como el Señor de la fecundidad, cuya tarea es fertilizar el mundo facilitando la transición de la estación seca a la estación húmeda, de la que la muerte y reencarnación de Cristo es símbolo. Como vehículo para ello, durante la Semana Santa Ma’ Ximoon se convierte en Judas.  Este acto de “conversión” es la hibridez que se da dentro de las tradiciones de la cultura Maya tz’utujil, por razón de no perder y seguir conservando las raíces de la cultura ancestral, dicho cambio no significa la pérdida de la cultura, al contrario, es la estrategia grande que guarda la memoria viva actualmente.

Para las religiones católicas y evangélicas, la traición de Judas a Jesús fue la obra de Satanás. La gente que sigue las costumbres ancestrales lo ven de otra manera. Para ellos, Cristo no habría revelado su verdadera naturaleza sin que Judas lo traicionara, por lo que honran a Judas como un vehículo para la muerte y resurrección de Cristo.

Los deberes más importantes para el teleneel y la Cofradía de Santa Cruz ocurren durante los cinco días de Semana Santa. El lunes de Semana Santa, el teleneel y las texelaa’ (las esposas de los cargadores) llevan la ropa de Ma’ Ximoon a la orilla del lago a lavar sobre tres antiguas piedras sagradas, en una hora determinada en la noche. El día martes, los alguaciles (miembros de menor rango) de la Cofradía de Santa Cruz parten en una caminata de dos días, siguiendo la antigua ruta comercial que convirtió a Santiago Atitlán en un tramo entre las tierras altas y las tierras bajas costeras, para traer frutos. El día miércoles, Ma’ Ximoon es llevado al frente del ayuntamiento, rodeado de los frutos donde se lleva a cabo una ceremonia con mucha bebida. Después de eso, Ma’ Ximoon regresa a su capilla privada y es colgado de una cuerda de un poste adornado como un árbol. Luego, el Viernes Santo, Ma’ Ximoon, como Judas, sale de la cofradía, nuevamente en los hombros del teleneel, en procesión que termina en el atrio de la iglesia y frente a una gran multitud de gente, donde se encuentra con la figura tallada del Cristo crucificado. Luego, se inclina ante las cuatro direcciones. Habiendo completado su misión de fertilizar el mundo por un año más, rápidamente lo llevan de regreso al edificio de la cofradía y lo esconden en el ático para frenar cualquier influencia adicional.