« Resumen de la exposición
Paula Nicho Cúmez
Kaqchikel Maya, San Juan Comalapa, n. 1956
Ruk’ux KajCorazón del Cielo
Óleo sobre lienzo, 2010, 15" × 20"
Colección Helen Moran

Para los mayas, la tierra, el cielo, y el agua son seres vivos con un espíritu y una energía como las plantas, los animales o las personas. Paula dice de esta pintura simbólica: “Hay tres energías: Ruk’ux ya’el, el Corazón del Agua; Ruk’ux ulew, el Corazón de la Tierra, y Ruk’ux kaj, el Corazón del Cielo. Estas son las energías que nos protegen y nos brindan seguridad y nutrición, como lo hace una madre.” Para los mayas, Corazón del Cielo significa el espíritu o la energía animadora del cielo.

Las obras de Paula Nicho Cúmez son siempre simbólicas, y en esta pintura ella representa el corazón (Ruk’ux, el espíritu o energía animadora) del cielo (Kaj). Para los mayas, las cosas como la tierra, el cielo, y el agua son seres vivos con un espíritu como las plantas, los animales o las personas.

Además del cielo, la pintura representa otras energías animadas. La artista explica: “Hay tres energías, Ruk’ux ya’el (el Corazón del Agua), Ruk’ux ulew (el Corazón de la Tierra), y Ruk’ux kaj (el Corazón del Cielo).  Ellos son quienes nos protegen y nos proveen de seguridad y alimentación como lo hace una madre.”

La palabra maya Ruk’ux generalmente se traduce como “corazón,” pero los mayas usan esta palabra para expresar varios conceptos únicos de la espiritualidad maya. La palabra K’u’x se refiere al “pecho” en los idiomas mayas Tz’utujil y Kaqchikel. Ru es el artículo que significa la tercera persona del singular posesivo. Ruk’ux combinado se traduce generalmente como “corazón,” pero también podría traducirse fácilmente como “espíritu” o “centro.”

Hay una diferencia importante en la actitud entre lo que creen los mayas y cómo piensan los hablantes de español cuando usan la palabra “corazón.” Por ejemplo, ruk’ux ya (corazón del lago) o ruk’ux juyu’ (corazón de la montaña) significaría el centro del lago o de la montaña para un hablante de español, pero para los mayas significaría el espíritu o energía vital del lago o de la montaña.