La vara, o el bastón ceremonial representa el poder de las autoridades ancestrales. En la actualidad, la vara se conserva su uso en las cofradías, hermandades religiosas católicas, en los pueblos mayas. Dicha vara, se transfiere cada año a las nuevas autoridades que conforman las cofradías o alcaldías indígenas. Los cofrades o alcaldías indígenas utilizan dicha vara como medida para la resolución de conflictos de tierras, de bienes cuando sus límites o fronteras son afectados por otros, y esto para la búsqueda del bienestar del colectivo: de las comunidades o miembros (cofrades) que representa. Y en la vida cotidiana la vara también tiene la función de instrumento simbólico medida.
La forma de la vara puede cambiarse en cada comunidad o pueblo maya. Esto depende de las cofradías principalmente. Por ejemplo, la corona de la vara puede mostrar algún santo o aspecto de la Virgen María, que llevan encima de la vara, y con la misma esencia de la autoridad.
En el ejemplo presente, el bastón que se utiliza en el pueblo de Chichicastenango está pintado sobre un tecomate, más una pequeña escultura de madera conocida como el Tzijolaj.
El Tzijolaj es una figura de la historia mítica transmitida por los antepasados, que revela la cultura y la hibridación religiosa. En la tradición oral de los pueblos k’iche’ Santo Tomás Chichicastenango y Santo Tomás Chiché, lo llamaron Teko Se’n, Teko Mo’s, relacionándole a un personaje de su mitología maya. Otros pueblos le conocen como El Señor de la Pólvora, originalmente una figura militar con su pólvora de pistolas: así, él que enciende la pólvora. Los k’iche’ab’ (las personas K’iche’ Mayas) de Chichicastenago y Chiché han convertido esta figura en el cargo de un cofrade que enciende los fuegos artificiales, un trabajo sagrado. Hoy en día las cofradías danzan con el Tzijolaj, mostrando el camino y eliminando todos los males y problemas para que la gente tenga una vida feliz.
La forma del Tzijolaj también representa a un santo de la cultura española—Santiago de los Caballeros (Santiago el Mayor) montado en un caballo. Según la leyenda española, durante el siglo XVII Inglaterra y España estaban en guerra y Santiago de los Caballeros los detuvo. Intervino y les dijo a los dos países: “¿Por qué pelean por la tierra? Deberían descansar y celebrar el hecho de que ambos ya tienen tierra.” Los convenció de que dejaran de pelear, y las dos naciones compartieron una fiesta. La historia fue traída a Guatemala por los conquistadores, y esta parte de la cultura española se adoptó en las tradiciones de las cofradías para parar guerras y conflictos entre los pueblos mayas, o entre familias.
Hoy día en Chichicastenango, en la fiesta patronal del Santo Tomás, la cofradía ata un lazo desde el campanario de la iglesia hasta al palo volador. De este lazo cuelga una escultura del Tzijolaj en la forma de Santiago de los Caballeros, para anunciar que comienzan las fiestas.
Para más información: Ri Tzijol Aj: El Tzijolaj, La Fundación Riecken, Guatemala, 2011.