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Pedro Rafaél González Chavajay
Tz’utujil maya, San Pedro la Laguna, n. 1956
Las Huellas de Ayer y de Hoy: Un tríptico
Óleo sobre lienzo, 2001, tres paneles, cada uno 30" × 40"
Colección Arte Maya

El tríptico Las Huellas de Ayer y de Hoy representa una procesión en San Pedro la Laguna el día festivo (29 de junio) del patrón del pueblo, San Pedro. El tríptico muestra cómo habría sido el pueblo, la gente con sus trajes tradicionales, y la procesión, a mediados del siglo XX, unos años antes de que naciera Pedro Rafaél.

La división de la pintura en tres partes representa la desintegración de las tradiciones y la cultura mayas desde 1950. Cada panel representa una parte de la cultura maya —tradiciones prehispánicas, el gobierno municipal y la iglesia— que una vez trabajaron juntas formando un todo unificado. Hoy estos aspectos de la cultura maya funcionan de forma independiente y la pintura como tríptico representa esta separación. Ahora, en las calles los bailarines enmascarados actúan solos; las denominaciones religiosas recientemente introducidas pueden tener sus propias procesiones; y el gobierno municipal funciona por separado.

Organización social maya expresada en arte

El tríptico Huellas de Ayer y Hoy representa la procesión de la fiesta de San Pedro la Laguna, que tiene lugar el 29 de junio, día del santo patrono del pueblo. El tríptico muestra cómo habría sido el pueblo y la procesión a mediados del siglo XX, unos años antes de que naciera el artista Pedro Rafaél.

La división de la pintura en tres partes representa la desintegración de las tradiciones y la cultura maya desde 1950. Cada panel representa una parte de la cultura maya donde se dio la imposición de la organización religiosa y política:  tradiciones prehispánicas, la iglesia, y el gobierno.  Esto significa la nueva integración bajo el nuevo sistema de la Iglesia Católica y la hibridez de la espiritualidad y cultura maya.  Por supuesto significó la desintegración y rechazo de muchas de las prácticas, como las danzas, entre otros elementos significativos de la cultura maya.

Sin embargo, ahora cada parte funciona de forma completamente independiente. Ya no se ve una procesión que sea acompañado de bailes tradicionales de la comunidad; ya no existe una relación o trabajo en conjunto con la Iglesia y el gobierno municipal. Ahora los bailarines enmascarados actúan mediante un patrocinio de alguna familia o grupos particulares que apoyan dichos bailes en las calles del municipio.  La sociedad de San Pedro ya no es un todo, sino que está dividido en tres partes, como la idea representada en los paneles del tríptico, donde cada una simboliza dicho cambio en el pueblo.

Representación de una época anterior

Las tres imágenes que se presenta el tríptico muestra una época de un antes, un después y un ahora. Cualquier persona que haya pasado un tiempo viviendo en San Pedro reconocerá al niño de piel oscura en el panel central del cuadro. Podría ser el único maya de piel oscura de la comunidad. Siendo ahora un anciano, todavía se puede ver a este hombre trabajando duro, llevando en su espalda cargas de leña y otros objetos por la colina empinada.  Aunque sus pantalones son viejos y destrozados, es uno de los pocos hombres que todavía usan su traje tradicional. Es distintiva su camisa rosa, la única de ese color en el estilo San Pedro. Las personas en la pintura, tanto las que están en la procesión como las que observan la procesión (que es más revelador), todos usan el traje tradicional de San Pedro la Laguna. Durante la violencia de la década de 1980, la mayoría de los hombres mayas dejaron de usar su traje tradicional, porque el ejército podía identificar fácilmente de dónde eran. Esto fue un peligro incluso para los inocentes, que eran la mayoría de ellos.

En 1940, la mayoría de las casas en San Pedro tenían techo de paja, pero durante los siguientes treinta años esas casas desaparecieron. Todavía quedan muy pocas casas de adobe en el pueblo, y ya no existen casas con techo de paja. A estas alturas, la mayoría de los árboles que aparecen en el cuadro han sido talados. Los padres dividen su tierra en el pueblo entre sus hijos, a menudo numerosos.  Ellos, a su vez, construyen sus propias casas en esa tierra antes de dividirla nuevamente entre sus hijos. Los patios donde alguna vez crecieron los árboles ahora están llenos de casas de varios pisos muy cerca de una de otras.